UNAS NOTAS SOBRE ECONOMÍA POSITIVA.
I. INTRODUCCIÓN
¿De qué se habla cuando se hace referencia a la “Economía Positiva”? ¿Cuáles son sus implicancias metodológicas? ¿Cuáles son sus “objetivos”? ¿Qué importancia tienen los supuestos en las teorías? Para lograr comprender algunas de estas cuestiones, entre otras, relacionadas con nuestra ciencia, creo que resulta indispensable la lectura de un ensayo de Milton Friedman, de 1953, titulado “La metodología de la Economía Positiva”[1] (“The Methodology of Positive Economics”). Cabe destacar que se trata de un trabajo que tuvo fuertes repercusiones en el mundo académico. Si bien ha sido blanco de muchas críticas[2] (entre ellas, las de Samuelson y las de Koopmans), no puede dudarse que tuvo una fuerte influencia sobre los lineamientos metodológicos de la economía ortodoxa. En orden de comprender el alcance y la importancia de dicho escrito, se puede citar la apreciación del profesor Bruce Caldwell, quien además de llamarlo “clásico” (1980 p 336), afirma que: “Never before has one short article on methodology been able to generate so much controversy […] the methodological prescriptions advanced is his essay has become widely accepted among many working economists” (1994 p 172).
A continuación realizaré algunos comentarios sobre las cuestiones que creo más relevantes del artículo, desde una perspectiva más descriptiva que crítica, siempre con el ánimo de incitar su lectura, sin implicar ello mi aprobación o desaprobación de las ideas contenidas en el mismo.
II. LA NECESIDAD DE CONSOLIDAR A LA ECONOMÍA COMO CIENCIA POSITIVA
Friedman comienza su artículo haciendo alusión, a la distinción que realiza John Neville Keynes entre ciencia normativa y positiva, y plantea la importancia de lograr un mayor acuerdo respecto de la ciencia económica positiva. Cree que la confusión entre Economía Positiva y Economía Normativa es inevitable y, a la vez, culpable de dar origen a los más arduos debates respecto a las decisiones de política económica a tomar. De esta manera, justifica la necesidad de construir y consolidar una Economía Positiva independiente de los juicios valorativos contenidos en la Economía Normativa. Sostiene además, que la Economía Positiva “es, o puede ser, una ciencia `objetiva` en el mismo sentido que cualquiera de las ciencias físicas”(p 10). Plantea a modo de ejemplo el debate en torno a la conveniencia o no de un salario mínimo; algunos sostienen que dicha política tendrá consecuencias positivas en el logro de un “salario vital”, otros, que serán negativas; pero Friedman cree que estas opiniones contrapuestas se deben a la diferencia en las predicciones acerca de la eficacia de una política en particular (en este caso el establecimiento de un salario mínimo) y no en el deseo de alcanzar un fin que es generalmente aceptado (lograr un “salario vital”). Entonces la tarea de la Economía Positiva será “suministrar un sistema de generalizaciones que puedan usarse para realizar predicciones sobre consecuencias de un cambio en las circunstancias”(p 10) y de esta forma lograr consenso respecto de la política económica coherente con el logro de determinado fin.
III. ECONOMÍA POSITIVA Y VALIDEZ [3] DE LAS HIPÓTESIS
En el apartado siguiente, titulado “La Economía Postiva”, plantea que el objetivo de las ciencias positivas es “el desarrollo de una ‘teoría’ o ‘hipótesis’ que ofrezca predicciones válidas y con sentido acerca de los fenómenos todavía no observados”(p 13).
Continúa con un punto sumamente interesante, y a la vez controvertido. Sostiene que la teoría o hipótesis ha de juzgarse por su poder de predicción respecto de la clase de fenómeno que intenta “explicar”. De esta forma, sólo la evidencia empírica es capaz de mostrar si una “hipótesis” debe ser “aceptada” como válida o “rechazada”. La comprobación empírica se transforma en un criterio suficiente para elegir entre hipótesis alternativas. En palabras propias del economista: “la única prueba importante de validez de una hipótesis es la comparación de sus predicciones con la experiencia.”
Ahora bien, ¿cómo se debe proceder en caso de que halla más de una teoría compatible con la evidencia empírica? Friedman plantea que esta cuestión debe resolverse basándose en los criterios, a veces arbitrarios, de “sencillez” (simplicity) y “fecundidad” (fruitfulness). De esta forma, afirma (p 15) que:
…una teoría es más ‘sencilla’ cuanto menor es el conocimiento inicial necesario para hacer una predicción dentro de un campo determinado de fenómenos; es más ‘fecunda’ cuanto más precisas son las predicciones que resultan, mayor el área dentro de la cual la teoría ofrece predicciones y cuanto más líneas suplementarias para una posterior investigación sugiere.
Con respecto a la perfección lógica y la consistencia, plantea que, si bien son cuestiones importantes, juegan un papel secundario a la hora de seleccionar la mejor alternativa.
Debe aclararse que Friedman no reniega de la dificultad de comprobar la validez por medio del testeo empírico, pero plantea que no es una deficiencia excluyente de las ciencias sociales, sino que tanto en éstas como en las naturales no se pueden realizar experimentos totalmente controlados. Sostiene que ningún experimento podrá controlarse por completo, todos estarán siempre parcialmente controlados. Pero de todas formas, afirma que en relación a algunos fenómenos sociales determinados, la evidencia empírica arrojada por la realidad puede llegar a ser muy directa y convincente.
IV. VALIDEZ DE LAS HIPÓTESIS Y REALISMO DE LOS SUPUESTOS
La mencionada dificultad que genera el método de comprobación de “validez” de las hipótesis por medio de la verificación empírica de sus implicaciones, ha hecho, según Friedman, que se genere la opinión errónea entre los intelectuales de que es posible, alternativamente, determinar la “validez” o “no-validez” por medio del realismo o no de sus supuestos. El eminente economista, desecha de plano la posibilidad de utilizar el mencionado mecanismo, planteando que puede llevar a conclusiones equivocadas y a “promover concepciones erróneas acerca del significado de la evidencia empírica para la teoría económica” (p 19). Creo que en este punto, resulta obligatoria una famosa cita al respecto (p 19):
Se comprobará que hipótesis verdaderamente importantes y significativas tienen `supuestos` que son representaciones de la realidad claramente inadecuadas, y, en general, cuanto más significativa sea la teoría, menos realistas serán los supuestos.
La idea que intenta trasmitir es por demás de clara: cuanto menor sea el grado de complejidad del conjunto de supuestos, cuanto mayor sea el nivel de abstracción que éstos permitan lograr respecto de la realidad y cuanto menor sea la cantidad de características relacionadas a circunstancias coyunturales que describan, mejor será la hipótesis o teoría, siempre que permita suministrar predicciones suficientemente ajustadas a las observaciones. La idea, básicamente, es que lo que más conviene es poder explicar “mucho” a través de “poco”.
Friedman, continúa trabajando sobre esta idea, en otro apartado de su ensayo, que lleva por título: “¿Puede verificarse una hipótesis por medio del realismo de sus supuestos?”. En su opinión, indefectiblemente no. Realiza una importante argumentación utilizando distintos ejemplos derivados de los campos de la física, la biología y la conducta humana. Voy a detenerme en el último, ya que creo que es por demás de original y gráfico. Aquí plantea la siguiente situación: propone analizar el problema de predecir las jugadas realizadas por un jugador profesional de billar. Afirma que se lograrían muy buenas predicciones si se utiliza la hipótesis de que el jugador realiza sus golpes “como si” conociese las formulas físicas y matemáticas relacionadas a la dirección y movimiento de las bolas, “como si” pudiese medir con su vista los ángulos, “como si” pudiese realizar cálculos instantáneos sobre la trayectoria de las bolas, “como si” etc., etc. Prosigue destacando que la confianza en la hipótesis anterior, no está justificada en la creencia de que los jugadores profesionales posean los mencionados conocimientos o la capacidad como para realizar dichos cálculos, sino que se deriva de la creencia de que sólo si pueden conseguir los mismos resultados (que si tuviesen dicho conocimiento y dicha capacidad), serán jugadores profesionales de billar.
Claramente, para Friedman el realismo de los supuestos poco importa y poco pueden decir sobre la validez de una hipótesis. Esta idea, en palabras de Caldwell (1994 173) coloca a Friedman en una posición única.
V. FRIEDMAN Y EL INSTRUMENTALISMO METODOLÓGICO[4]
Antes de concluir estas notas debo hacer referencia a una cuestión a la que considero de importancia. A lo largo de todo el artículo de Friedman se capta la idea de que el realismo completo de una teoría es inalcanzable y que la forma de determinar si es lo “suficientemente” realista se resuelve analizando su poder predictivo y no su capacidad explicativa. Esta cuestión, en adición a la idea más arriba mencionada acerca de que el realismo de los supuestos de las hipótesis no tiene ninguna relevancia, revela, para numerosos especialistas, una arista instrumentalista en el pensamiento de Milton Friedman. Por ejemplo, Bruce Caldwell (1994 p 175) sostiene que “Friedman is not just playing at positivism: he holds a view wich is even more strict than those held by the logical empiricists of his time”. Esta caracterización de Friedman como instrumentalista había sido ya propuesta, previamente, entre otros, por Lawrence Boland, quién planteó (1979 p 509) que el artículo de Friedman debe ser comprendido como “an instrumentalist´s argument for instrumentalism”.
VI. COMENTARIOS FINALES
Si bien, en el artículo comentado, Friedman intenta establecer los lineamientos metodológicos que, según él, deberían seguir los economistas, se podría afirmar que las distintas cuestiones tratadas, apuntan, entre otras cosas, a rebatir la típica crítica que se le hace a la economía ortodoxa de carecer de realismo en sus modelos (o teorías). De esta forma, logra justificar que dichas críticas son totalmente infundadas ya que se estarían basando en discrepancias entre los supuestos y el mundo real, cuestión que, como se ha explicado en este artículo, carece totalmente de relevancia en su opinión. Mark Blaug ha definido a esta postura adoptada por Friedman como “metodología defensiva” (1985 p 134).
Creo interesante, por último, cerrar estas notas con la definición que nos deja Friedman (p 41) acerca de la economía como ciencia positiva: “es un cuerpo generalizado a título experimental acerca de los fenómenos económicos, que puede usarse para predecir las consecuencias de los cambios en las circunstancias”.
REFERENCIAS
[1] A continuación, cuando cite las páginas, lo haré en referencia a la edición en castellano de 1962.
[2] Aclaro que no es el objetivo del presente trabajo analizar los debates generados a partir de la obra comentada.
[3] Cabe destacar que el uso del término “validez” por parte de Milton Friedman ha dado origen a distintas críticas, por ejemplo Caldwell (1994 p 176) lo califica como “unfortunated”. De todas formas no es el propósito del presente artículo entrar en ese tipo de consideraciones.
[4] Para comprender mejor este apartado creo interesante repasar la siguiente explicación que brinda Stanley Wong (1973 p 314):
Instrumentalism is the thesis that a theory in science is merely an instrument for prediction of observable reality. Accordingly, a theory cannot be properly called true or false. It is tested only by the conformity of its predictions with observable reality. It is superfluous and irrelevant to test assumptions as they are merely tools or instruments which are judged by their ease or convenience in use.
BIBLIOGRAFÍA
Blaug, M. (1985). La metodología de la economía o cómo explican los economistas. Alianza Editorial S.A. Madrid.
Boland, L. (1979). “A Critique of Friedman´s Critics”. Journal of Economic Literature. Vol. 17, Nº. 2. Junio. Pp 503-522.
Caldwell, B. (1980). “A Critique of Friedman´s Methodological Instrumentalism”. Southern Economic Journal, Vol. 47. Nº.2. Octubre. Pp 366-374.
Caldwell, B. (1994). Beyond Positivism: Economic Methodology in the Twentieth Century. Ed. Routledge. Londres.
Friedman, M (1953). “The Methodology of Positive Economics”. Essays in Positive Economics. The University of Chicago Press. Chicago
Friedman, M. (1962). “La Metodología de la Economía Positiva”. Ensayos sobre Economía Positiva. Ed. Gedos S. A. Madrid.
Wong, S. (1973).“The “F-Twist” and the Methodology of Paul Samuelson”. The American Economic Review, Vol. 63, No. 3. Jun. pp. 312-325
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Fecha de publicación: 13/10/2009
Tags: Boland, Caldwell, Economía Positiva, Friedman, Tejera, Wong