DOS ANIVERSARIOS
Por Jack Birner[*]
El año 2012 marca el aniversario de dos publicaciones que, 75 años después de su aparición, todavía caracterizan una ruptura fundamental en la teoría económica y política. “El Sr. Keynes y los “clásicos” (“Mr. Keynes and the “Classics”) de John Hicks, en Economic Journal de 1937, fue uno de los varios intentos de comprender las diferencias entre la Teoría General de Empleo, el Interés y el Dinero (General Theory of Employment, Interest and Money) de John Maynard Keynes, que se había publicado el año anterior, y lo que entonces se posicionaba como la economía dominante. Friedrich August von Hayek fue uno de los principales representantes de esta y ha sido sin duda el principal oponente de Keynes entre los años 1931 y 1936. Hicks no fue el único economista que hizo tal intento -Reddaway, “La Teoría General del Empleo, Interés y Dinero”, en The Economic Record de 1936; Harrod, “El señor Keynes y la teoría tradicional”, en Econométrica de 1937; y Lange, “El tipo de interés y la propensión óptima para consumir”, en Económica de 1938, entre otros. Pero lo que distingue el artículo de Hicks de los demás es que se convirtió en la base del modelo IS-LM, que durante seis décadas ha sido el núcleo de la macroeconomía. Este modelo introduce, por primera vez en la historia del pensamiento económico, una distinción que sigue dominando, hasta hoy en día, todos los debates sobre la política macroeconómica, entre la política fiscal y política monetaria. Este fue un resultado no deseado e inesperado del artículo, ya que su autor estaba principalmente interesado en la comprensión de cuál de las dos teorías era más general: la de Keynes o la de Hayek.
Keynes y Hayek están de acuerdo en que las causas monetarias juegan un papel importante en el análisis de los ciclos económicos. Hay, sin embargo, dos cuestiones importantes que los separan, una metodológica y la otra económica. La diferencia económica tiene que ver con la relación entre el análisis a corto plazo y largo plazo. El análisis de Keynes, tanto del Treatise on Money de 1930 como de la General Theory, son explícitamente de corto plazo. Se hace abstracción de los cambios en la estructura productiva de la economía: el stock de capital se supone que es constante. El núcleo de la teoría de Hayek, por el contrario, es que el ciclo de negocios consta de un tipo particular de cambios en el comportamiento de la inversión y por lo tanto los cambios en la estructura de capital de la economía. Concede a Keynes de que si estos cambios son abstracciones, entonces el análisis de Keynes es el correcto. Los aumentos en la oferta de dinero puede reducir el desempleo, siempre y cuando los límites de la capacidad de producción no sea alcanzada. Por lo tanto, de acuerdo con Hayek, su propia teoría es más general, y la de Keynes es un caso especial.
Keynes da demasiada importancia a la generalidad de su propia teoría, y dice que la relación es justamente lo contrario. En el prefacio de la Teoría General afirma que la suya es una “more general theory, which includes the classical theory as a special case” (GT: vii). En la jerga de Keynes, “clásica” se refiere a un grupo de teorías que incluye a la de Hayek. Y el primer capítulo se inicia con:
“I have called this book the General Theory of Employment, Interest and Money, placing the emphasis on the prefix general. The object of such a title is to contrast the character of my arguments and conclusions with those of the classical [and in a note he explains that he means by this ‘followers of Ricardo’ such as Marshall, Edgeworth and Pigou; we may add Hayek to this list] theory of the subject … I shall argue that the postulates of the classical theory are applicable to a special case only and not to the general case, the situation which it assumes being a limiting point of the possible positions of equilibrium” (GT: 3).
En Keynes, el uso de la palabra “general”, sin embargo, no es unívoco. En el prefacio a la edición francesa de la Teoría General, escribe acerca de la palabra “general”: “I mean by this that I am concerned with the behaviour of the economic system as a whole”. En su respuesta a la revisión de Hayek sobre el Tratado, Keynes había admitido que su teoría carecía de una teoría del capital (el desarrollo de Joan Robinson, que puso en su agenda de investigación en 1936, que culminó con The Accumulation of Capital en 1956). Lo que nunca se admitió, sin embargo, fue que la teoría de Hayek sobre el ciclo económico, que se basó en la teoría del capital, era más general que la suyo por esa razón.
Así, hubo bastante confusión acerca de la pretensión de generalidad de la teoría de Keynes, y es comprensible que Hicks quisiera arrojar luz sobre ella.
La otra publicación, sobre cuyo 75° aniversario quiero prestar atención es el Monetary Nationalism de Hayek. Se trata de un folleto que contiene cinco conferencias que dictó en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de Ginebra. El tema es el sistema monetario internacional, y más en particular, “el nacionalismo monetario”, entendido por Hayek como la idea de “that it would be possible, while remaining a member of the international commercial community, to prevent disturbances from the outside world from reaching the country by following a national monetary policy such as would be indicated if the country were a closed community. [Esta idea] has proved … and [, a menos que sea abandonada,] will prove … to be one of the main forces destroying what remnants of an international economic system we still have” (p. 71). A la luz de la actual crisis económica mundial que ha entrado ahora en su quinto año, esto suena muy contemporáneo – tan contemporáneo como el debate en curso acerca de si esta crisis tiene causas fiscales o causas monetarias y si los recursos deben ser fiscales o monetarios. Por lo tanto, a pesar de que la crisis nos da pocos motivos de celebración, me gustaría recordar al lector de este doble aniversario de tres cuartos siglo.
Lo que también da algunos motivos para celebrar es el hecho de que después de 75 años, los economistas no han sido capaces de lograr progresos significativos. Toda ves que se produce una crisis, el debate son sobre si las causas y las soluciones son de largo plazo o de corto plazo, se encuentran en el mundo real o en el sector monetario, requiere más regulación o más libertad para los mercados, si la tasa de interés debería mantenerse baja por medidas de política o de dejarse en manos de las fuerzas del mercado comienza casi desde cero. Lo que quizás sea más preocupante, es el hecho de que después de los acuerdos de Bretton Woods, que fueron en gran parte inspirados por las ideas de Keynes, y que incorporaron algunas de las sugerencias de Hayek de 1937, todavía no tienen una solución satisfactoria del sistema monetario y financiero mundial. Para el que conozca la historia del pensamiento económico del siglo pasado, los actuales debates sobre la crisis tienen un gusto de déjà-vu. En un sentido muy real, la controversia entre Keynes y Hayek está tan viva como siempre
[*] Título original: “Two Anniversaries”. Fue traducido para www.CATALACTICA.com.ar por la Mg. Veronica Mussio. Jack Birner es profesor de Economía y Filosofía de las Ciencias Sociales del Departamento de Ciencias Sociales de la Escuela para Estudios Internacionales de la Universidad de Trento, Italia. Entre sus publicaciones se destacan: The Cambridge Controversies in Capital Theory; A Study in the Logic of Theory Development (Routledge, 2001); Markets, Information and Communication. Austrian perspectives on the Internet economy (co-editado con Pierre Garrouste, Routledge, 2003); F.A. Hayek as a Poltical Economist. Economic Analysis and Values (co-editado con Thierry Aimar and Pierre Garrouste, Routledge, 2001); Hayek, Co-ordination and Evolution; HisLegacy in Philosophy, Politics, Economics, and the History of Ideas (co-editado con Rudy van Zijp, Routledge, 1994). Además, ha publicado numerosos artículos.
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